Decimos que la marca es una huella trasversal porque está presente en todo lo que la empresa hace. Descubramos justo cómo hacer para integrar la marca en todas las acciones de la empresa. 

La marca es una promesa 

Una promesa que se le hace al consumidor, a los empleados, incluso a los proveedores. Es la herramienta que te permitirá conectar emocionalmente con tus stakeholders. Aquello que hará que te elijan por sobre otras marcas y que te recomienden.  

Las marcas más exitosas son las que han logrado desarrollar una cultura de marca sólida, coherente y de una sola pieza. Y precisamente esa es la manera de integrar la marca a tus estrategias de empresa: de principio a fin, teniendo en cuenta su realidad, desarrollando un relato que dé continuidad a todo lo que la marca hace, definir unos objetivos y la estrategia, y ejecutar un plan que permita afianzar ese proceso.  

Tus empleados 

La marca no crea únicamente clientes leales. También crea empleados leales, guiados por un marco, unos valores y unas creencias que identifican con la marca. La marca les ayuda a comprender el propósito del negocio, su razón de ser. Aquello que hace que la empresa funcione todos los días y el motivo por el que se levantan cada mañana.  

Ni más ni menos, tu marca está en los uniformes de tus empleados, en la atención al público y en cada respuesta ante una queja…y por supuesto, ante un halago. ¿Qué hay de ti? ¿Has logrado que tus empleados se enamoren de tu marca?

¿Sabes cómo lograr un relato que identifique tu marca y la haga única?

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 El packaging 

La marca también está en el packaging de tus productos. Por eso es sumamente importante que sea el resultado de un proceso previo, consciente. La comunicación y el marketing son fundamentales, pero ¿cómo serás capaz de tomar decisiones sin antes definir quién eres? 

Piensa en Mooma (link al artículo), una marca de quesos sin leche, libres de crueldad animal, que está revolucionando la forma en la que consumimos este alimento. Mooma, en vez de promocionar sus productos adoptando los mismos nombres utilizados por la industria láctea, trabaja desde la oposición. 

En vez de “Queso crema”, como describen las etiquetas de los productos de consumo habitual, el de Mooma reza: “Este no es un queso crema”. Y, según ellos mismos explican, no lo es porque a diferencia de los demás, su producto no debe su existencia a la explotación de ningún animal y no adiciona conservantes ni químicos. Una acción que no pudieron haber tomado sin antes decidir las bases de su marca, sus creencias y valores.   

Tu marca: tu día a día 

Desarrollar una cultura de marca fuerte es tan importante porque convivirás con ella todos los días y dará un marco a tus acciones. Piensa en una marca que se define como sostenible: ¿crees que utilizará papel en sus oficinas? O, ¿comprará insumos a un proveedor que no apoya el comercio justo?  

Piensa en aquello que hace a tu marca única, construye un relato poderoso y aplícalo a todas las actividades de la empresa. Solo entonces transfiere su esencia a las redes, a las estrategias de venta, a la hora de capacitar a tus empleados y de fidelizar a tus clientes.  

La marca debe reflejar la promesa que está haciendo, en todo momento y en todo lugar. ¿Qué está prometiéndole tu marca al mundo?

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